Tomas, era un niño muy pobre, que soñaba con ser músico. El había nacido en la costa Atlántica, de su país Colombia, por eso admiraba tanto a los músicos de su tierra, que ponían la nota alegre en las fiestas de su pueblo, cuando tocaban el acordeón, y esos tambores, que tanto lo entusiasmaban.
Tomas, quería también tocar el tambor , y viajar de pueblo en pueblo con un grupo vallenato, y alegrar a la gente que lo escuchara, que danzaran al son de su música. Pero los padres de Tomas, no tenían el dinero para poder comprarle ese tambor que tanto anhelaba su hijo.
Un día el niño encontró entre los trastos viejos de su mamá, un tarro de lata, que antes contenía galletas, empezó a golpearlo con sus manitas, sacando hermosas y alegres melodías, practicaba todos los días, y cada vez sonaba mejor su improvisado instrumento.
El pequeño solamente poseía dos tesoros, para él muy valiosos, que eran un pato, que le regaló su tía Tulia, y una pelota que encontró botada en la playa. Pensó que si vendía el pato, con ese dinero compraría su tambor, pero lo ponía muy triste el tener que separarse de su mascota , por lo tanto desechó la idea, y la pelota estaba ya muy gastada y vieja, nadie la compraría.
Pasaron algunos años, y la vieja lata de galletas, tuvo que ser cambiada por otra, y otra, y otras, porque los golpes que daba el jovencito al tocarla la deterioraban rápidamente, pero ese no era motivo para desistir de su sueño.
Una tarde, salió a pasear por una calle en donde vivían personas bastante adineradas, como siempre llevando su tambor, se sentó a la sombra de un árbol y empezó su tocata. De una de las casas salió a escucharlo una señora, que admirada por las canciones que tocaba el joven, se acercó y le preguntó,¿ quién le había enseñado a tocar?, y sobre todo, porqué no tocaba con un tambor de verdad?. Tomasito, con un poco de enojo le contó lo que pasaba, la señora, que estaba entusiasmada con las aptitudes musicales del chico, le dijo, que si le prometía, ir a tocar en su fiesta de cumpleaños, ella le regalaba un tambor de verdad. Los ojos se le iluminaron por la alegría, que le dio la noticia de poder cumplir su sueño, y le dijo, que no solamente iría ese día, sino que acudiría cuantas veces ella quisiera. La buena y generosa señora cumplió su promesa, le regaló a Tomas el tambor más hermoso y sonoro que cualquiera en el pueblo pudiera tener.
El día de la fiesta Tomas tocó con tanto entusiasmo, que los invitados bailaron hasta el amanecer, y fue así como el niño consiguió trabajar en un conjunto vallenato y con el dinero que ganaba ayudaba a sus padres en los gastos del hogar.
ACTIVIDADES:
1. Colorear todas las palabras que contengan la consonante T - t
2. Transcribir todas las palabras subrayadas.
3. Dibujar a Tomas.
4. Te gustaría aprender a tocar algún instrumento musical, cuál?
5. Qué sueño, te gustaría que se te cumpliera alguna vez?
6. Cuéntale a tus padres, para que ellos escriban, alguna ocasión en que alguien fue generoso contigo.
7. Inventa un nombre para el cuento.
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